Por Alev Pinbell
Dureza en el sentido fisicoquímico del término que es el que manejan los científicos a la hora de determinar esta condición.
Cuando se habla de dureza en mineralogía quiere decir la resistencia al rayado de un material. Para esto, las medidas que se usan corresponden a las escalas de Mohs, Rosiwal o Knoop, entre las más comunes.
Pero hay otra definición más compleja: la oposición que presenta un material a sufrir una alteración física, tanto a través del rayado como también la abrasión, la deformación mecánica o la penetración.
Se sabe que el mineral que reúne las características necesarias para cumplir los requisitos de la definición y ser el número uno de su clase es el diamante. Y no solo por ser el más duro, sino también porque posee una alta conductividad térmica. Hubo estudios realizados a finales de la década pasada que apuntaban a la lonsdaleíta (un mineral que se forma por las condiciones de presión y temperatura que ocurren durante el impacto de meteoritos que contienen grafito contra la Tierra) es aún más dura. Sin embargo, debido a su rareza, el diamante sigue sin ser destronado de su puesto.
¿Cuál es esa aleación tan dura como el diamante?
Esta aleación está formada por dos de los elementos más buscados sobre la Tierra: el oro y el platino.
Un grupo de científicos del Laboratorio Nacional Sandia recientemente ha desarrollado una aleación de platino y oro que, al parecer, presenta unas propiedades fisicoquímicas bastante llamativas.
La aleación se consiguió con un 90 % de platino y un 10 % de oro, aunque en realidad no es nueva, en el estricto significado de la palabra. Desde hace tiempo se conoce, pero solo hasta este momento los científicos están prestando atención a su capacidad de resistir el calor y la fricción.
Según John Curry, uno de los investigadores del estudio, la propiedad con la que esta aleación puede compararse con el diamante es su excelente estabilidad mecánica y térmica, una de las características mencionadas en la definición de dureza.
Además, otra propiedad que ha llamado la atención de los ingenieros del laboratorio es su capacidad de segregar, cuando es sometida a un estrés muy intenso, un lubricante que parece estar muy relacionado con su dureza.
El estudio de este nuevo material podría permitir avanzar en el futuro en la obtención de diamante sintético a través de un proceso más sencillo y económico que la deposición química de vapor, que es el procedimiento utilizado frecuentemente para fabricar diamante sintético.
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