Por Alev Pinbell
La Unión Europea y los Estados Unidos han condenado "enérgicamente" el golpe de Estado militar en Birmania.
El levantamiento militar comenzó en la madrugada del lunes con la detención de la jefa de facto del Gobierno, Aung San Suu Kyi, del presidente birmano, varios ministros y presidentes regionales, y terminó con la declaración del Ejército informando la transferencia del Poder al comandante en jefe de los Servicios de Defensa, Min Aung Hlaing.
Activistas, escritores, cantantes y directores de cine también fueron arrestados.
Varios países exigen el restablecimiento del Gobierno civil y la liberación de los detenidos.
También sucedió: El Ejército de Birmania se pronuncia y declara estado de emergencia por un año
El Ejército acusa de fraude las elecciones parlamentarias
Los militares justifican su actuación ya que consideran que el Ejecutivo cometió fraude en las elecciones parlamentarias del pasado 8 de noviembre y en las que el partido de Suu Kyi arrasó, con el 83 % de los votos. De hecho, el golpe se ha producido justo antes de que el nuevo Parlamento echara a andar. Tales acusaciones son rechazadas por la Comisión Electoral y los observadores internacionales.
En las calles de Rangún, la mayor ciudad birmana, unos salieron a apoyar a los militares, otros lamentan lo ocurrido.
"Tenemos muchas luchas en este momento, por la comida, por la vida en general, por la salud... La gente se enfrenta al problema de la COVID y ahora tenemos un golpe. Estábamos a punto de estar bien y ahora pasa esto... ¿Qué tenemos que hacer para sobrevivir?", se pregunta Lei Lei Win, vecina de Rangún.
También se reportan cortes de teléfono e Internet y apagones en los medios de comunicación, además, muchos cajeros se quedaron sin dinero y se ha cerrado el espacio aéreo, hasta el 31 de mayo.
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