Por Alev Pinbell
De acuerdo con una nueva investigación, el estudio de supercontinentes que se formaron en el pasado permitiría predecir el momento y el lugar en los que se formará la próxima gran masa terrestre, debido a que este proceso ocurre continuamente y que toma forma cada 600 millones años.
¿Cuándo y dónde se formará el próximo supercontinente?
El geólogo Ross Mitchell desarrolló un modelo que pudo predecirlo: “Amasia” será el próximo supercontinente, y este se localizará en el Océano Ártico de hoy, una zona polar.
“Podemos ver que hay una especie de ritmo en la evolución de la Tierra”, consideró Damian Nance, geólogo de la Universidad de Ohio y experto en evolución de supercontinentes. "El jurado aún está deliberando sobre si Mitchell ha resuelto el ritmo exacto pero el péndulo se está moviendo hacia su modelo", aseguró.
¿Cómo llegaron a esa conclusión?
Mitchell, el autor principal del estudio, analizó a “Gondwana” el cual se formó hace 520 millones de años y al que se le atribuye la unión de “Pangea”.
Pangea se creó hace 200 millones de años como consecuencia del movimiento de las placas tectónicas. Cien millones de años más tarde se separó, creando los cinco continentes, tal y como los conocemos actualmente. Antes de la creación de Pangea existieron otros como “Columbia” y “Rodinia”.
La investigación, publicada en “Geology”, explica que para que este fenómeno ocurra, los continentes se posan sobre las placas tectónicas, que son lozas de corteza que flotan sobre el manto. Este, a su vez, actúa como una olla de agua hirviendo, haciendo que la roca se caliente en su área inferior, elevándolo lentamente.
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A este fenómenos se le conoce como “convección del manto”, el cual es impulsado por el flujo progresivo de rocas en el manto caliente de la Tierra, incitando los movimientos de las placas continentales, ensamblándose y creando los supercontinentes.
Mitchell y su equipo de investigación mapearon las placas continentales a lo largo del tiempo. Para conseguirlo, analizaron fósiles y otros registros de tiempo profundo, contenido en rocas que pertenecen a miles de millones pasados.
Partiendo de esto, los científicos exploraron cómo la posición de estos continentes se relacionaba con los modelos de flujo del manto y su ubicación final. En conclusión, los expertos descubrieron que estos tienden a desplazarse hacia abajo, donde las rocas del manto se enfrían. Esta zona es llamada como “cinturones de subducción”, ya que las placas continentales más gruesas permanecen ahí, luego de descender. Al atorarse, sólo pueden moverse lateralmente atrayendo a más continentes.
Según los estudios, Pangea se rompió hace 175 millones de años. Después se formó el “Anillo de Fuego”, un conjunto de áreas de subducción a lo largo de las costas del Océano Pacífico que alimenta volcanes y terremotos. Además provoca la actividad sísmica de la zona.
Mitchell explicó que por su movimiento constante, los continentes crearon a “Eurasia” el megacontinente actual. Este se está acercando al Anillo de Fuego gradualmente lo que provocará, en algún momento, el choque con el área que comprende América, formando un nuevo supercontinente en los próximos 50 millones a 200 millones de años.
Imágenes ilustrativas / Pixabay
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